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Neurociencia: evitar el desengaño. Así titula su artículo en MyC, nº 100 (junio 2020) Alfredo Marcos, catedrático de filosofía de la ciencia de la Universidad de Valladolid. Aún recuerdo con qué entusiasmo afronté yo, hace ya 30 años, que los EEUU declararan el final del pasado siglo como la década del cerebro. El inicio de investigaciones -con enorme financiación- con nuevas tecnologías no invasivas, nos aportaron más datos que los conocidos por los pacientes con daño cerebral.

Ya entonces explicaba yo en la facultad de Medicina, a mis estudiantes de neuroanatomía, que para entender la complejidad del pensamiento y la conducta humana, la salud y enfermedad, el sufrimiento o la felicidad, habríamos de pasar del localizacionismo (es decir, relacionar funciones con zonas concretas del cerebro) a visiones integrativasAsí nos construimos como personas.

Visión integrativa: de regiones cerebrales entre sí, del cerebro con el resto del cuerpo, y de todo el cuerpo -del individuo- con su contexto natural, social y cultural. 

Medicina humanista

Me apasionaba relacionar la medicina, la psiquiatría y la psicología, y la ciencia con otras disciplinas; intentando comprender el rompecabezas  de cuestiones epistemológicas, metodológicas y ontológicas. Inicié estudios en antropología filosófica y psicología, para abrir un horizonte de comprensión. Pero sentí la gran patada que la ciencia empírico experimental daba al humanismo. Varias décadas después, empiezo a sentir el alivio de una mano tendida. Ahora, desde la filosofía se pueden aportar reflexiones constructivas  para evitar los extremos tanto de la neuromanía como del neuroescepticismo en su aproximación al ser humano. Filosofía y ciencia no pueden excluirse, desde mi punto de vista.

Exploradores del cerebro

La maravilla de un viaje por el cerebro

La neurociencia no ha aportado respuestas a las excesivas expectativas que se depositaron en ella. Aunque se ha avanzado mucho en algunas contribuciones clínicas, se puede llegar a peligrosas conclusiones reduccionistas. La neurociencia cognitiva se empieza a plantear si la mente podría necesitar de todo el cuerpo para manifestarse. Es decir, abandonar el mito del cerebro creador y pasar del cerebrocentrismo (que ha llevado a concepciones tales como: neuroeducación, neuroeconomía, neuromarketing…) a la mente corporeizada.

Ciencia aplicada

Mi mayor interés es pasar de la teoría a la práctica en la salud y el bienestar de las personas. Encontrar caminos de educación, terapia y trabajo personal que estén fundamentados con rigor. Para conocer a fondo el alcance de la neurociencia en el ámbito de la psicología positiva y la felicidad, huyendo de los vendedores de humo y falsos profetas, en los últimos años he realizado estudios especializados en diferentes universidades españolas. Como me gusta mucho estudiar, disfruté aprendiendo, abriendo mi horizonte mental  y dejándome cuestionar. Y me reafirmo en la misma creencia que tenía hace tres décadas:  el protagonista no es el cerebro, o el cuerpo, sino la persona. Así que para mí sigue siendo palabras claves: Integración, interdisciplinariedad, transdisciplinariedad.

Parece recomendable pues, como apuesta Alfredo Marcos, una interpretación y un cultivo de las neurociencias “en modo-co-“; es decir, en comunicación y colaboración respetuosa con otras disciplinas. En lugar de una neurociencia “en modo su-“ cuya aspiración sería la de sustituir y suceder a las disciplinas humanísticas. Solo así podría atisbarse un futuro esperanzador.

Mar Morales Hevia

Autor Mar Morales Hevia

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Únete a la conversación 4 comentarios

  • Gracias por esta reflexión Maria del Mar Morales que invita a la reflexión,a la cooperación entre diversas disciplinas.

  • Estimada Mar.

    Cuando estudiaba psicología, también leí que en la psicología planteaban los localizacionistas que había un espacio para distintas
    emociones, leyendo, estudiando y con la casuistica, expresé mi postura argumentando que hay una plasticidad, tanto orgánica como
    emocional. Antes se decía que cuando morían neuronas, éstas ya no se reponian, ahora sabemos que si se reponen por nuevas neuronas.
    Felicidades por el ártículo.
    Un Cordial Saludo.

    • Mar Morales dice:

      Gracias, Ramón.Efectivamente, una visión conexionista, no localizacionista, base de la neuroplasticidad, una capacidad fascinante del cerebro. Permite la regeneración de neuronas y nuevas conexiones entre ellas. La neurogénesis aunque esperanzadora, aún requiere mucha investigación. Ser escultores de nuestro propio cerebro si nos lo proponemos, como decía Cajal, es impresionante, para las lesiones cerebrales,la salud y el aprendizaje. Además, La práctica mental promueve la neuroplasticidad, y esa evidencia abre interesantes posibilidades también para la psicoterapia y el crecimiento personal. Saber cómo podemos reeducar y mantener en forma nuestro cerebro ¡me entusiasma!
      Gracias por inspirarme esta cuestión. Abrazos cordiales

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