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Patchwork Vital

HOY, termino una creación hecha a mano que también ejercita mi mente. Hacer un trabajo manual cosiendo piezas de tela, eso es el patchwork. Comencé su aprendizaje hace cuatro años, con una clase semanal en el magnífico taller de Loli: «Punto y tijera«, en Granada. Y así, puntada a puntada, hasta hoy. Pasar de la chapuza al más difícil todavía ha sido un estupendo reto para mi creatividad, concentración, aprendizaje, paciencia y espíritu de superación. Tantas horas y esfuerzo equivalen al más completo de los Máster. Igualmente, con los hilos de mi mente, coso piezas de ideas, palabras, ingredientes, experiencias… Toda una tarea de patchwork vital.

Además, es una terapia. No solo por lo que hablas y compartes con las compañeras del taller, sino porque te desarrolla habilidades psicomotrices y ayuda a recuperar la función adaptada a las actividades de la vida diaria. En mi caso, después de una mala fractura de muñeca, se me saltaban las lágrimas de dolor el primer día que comencé a coser tras semanas de rehabilitación postquirúrgica. Aún así, me obligaba a muchos movimientos de muñeca y dedos: dibujar, sujetar, cortar…y coordinados con la otra mano. He guiado mi propia rehabilitación porque conozco muy bien la anatomía funcional; cientos de veces explicada a estudiantes de Medicina y Terapia Ocupacional en mi Universidad. Quizá escriba algo sobre mi experiencia de huesos rotos. Esa será otra historia.

Últimamente, ha sido un trabajo más lento y arduo el mío entre costuras, pero me siento satisfecha. No obstante, 18 meses después, aún me queda cierta limitación de movimiento y dolor. Os enseño mi último trabajo: una colcha-manta para Carol, de colores alegres, como ella quería. Por un lado es de algodón y por el otro le he cosido una manta de esas suaves y calentitas. Ideal para usar en estos días de invierno.

Colcha-manta de enero 2020

De buena mano

Lo primero, diseñar la idea en formas y colores. También consulto revistas o veo exposiciones y trabajos de amigas. Siempre uso hilos y telas de la mejor calidad de algodón. Y todos los materiales son especializados (patronaje, máquinas, prensatelas, tintas, tijeras, alfileres…) Merece la pena el precio porque la obra perdurará en el tiempo y la vida de quienes la usen. Pongo ilusión y cariño en mis creaciones. Me entrego a ellas. Suelo tardar tres o cuatro meses en hacer una colcha mediana. Cada una puede costar cientos de euros en materiales . Además, como el tiempo es oro, es un buen regalo para quien aprecie el trabajo hecho a mano. De alguna forma, es una herencia familiar. A mí me enseñaron mi madre y mi abuela paterna, y conservo muy buenos recuerdos de aprendizajes infantiles.

Trabajo mental

El dibujo, corte y costuras requieren una precisión matemática y alta concentración. ¡Cuántas veces he tenido que deshacer por no haber estado atenta en el montaje! Eso suele dar rabia y pierdes la paciencia; te dan ganas de dejarlo. Así que la gestión emocional también entra en juego. Aprendo a aceptar errores, rectificar y seguir adelante. Y la apariencia por el revés de la labor ha de ser casi idéntica a la visible, no se esconden chapuzas. Cada costura se afianza con la plancha antes de la siguiente. Paso a paso se consigue un buen trabajo del conjunto posterior. El reajuste se va haciendo desde las piezas más pequeñas a las más grandes. Y al terminar, incluso puedes componer otros añadidos para aumentar el tamaño o el resultado final.

Estos principios son aplicables a otras cosas que hago en mi día a día: escribir un artículo, cocinar, elaborar un proyecto o preparar una clase.

También es fluir

Coser es un reto para mí. Conforme desarrollo más habilidades, el desafío es mayor. Disfruto con ello, el tiempo se me pasa casi sin sentir, estoy muy concentrada, parece que me fusiono con lo que voy creando, como si mi yo desapareciera, estoy absorta en el proceso. En cada momento voy corrigiendo y ajustando el trabajo según va saliendo. No me importa el esfuerzo, y cuando termino, me siento feliz y satisfecha. ¡Vamos, que psicológicamente estoy en Flow!

ES UNA EXPERIENCIA DE CALIDAD QUE ME LLENA DE VIDA

Mar Morales Hevia

Autor Mar Morales Hevia

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